Pese a venir de contextos laborales muy distintos, decidieron formarse como programadoras en Adalab, una escuela especializada en formación digital de mujeres. Su primera incursión en el mundo de la tecnología las ha llevado a trabajar en Amazon como desarrolladoras de software.

Distintos caminos hacia el sector tecnológico

Violeta González. Mirando a cámara sonriente con el pelo oscuro hasta el pecho. Cejas pronunciadas y labios maquillados. Jersey de punto verde claro. De fondo una silla con una funda de punto y una mesa con libros.
Violeta González.
María Garvía. Mirando a cámara con una sonrisa y el pelo largo de color marrón pero escalonado. Pendientes y flequillo. Jersey gris y negro. De fondo, desenfocada, una estantería de una casa con fotos, plantas y un gorro de mimbre.
María Garvía.

Aunque hayan llegado al mismo destino, los caminos de Violeta González y de María Garvía para llegar al mundo tech han sido muy distintos.

Violeta trabajó durante años como camarera y a los 27 años empezó sus estudios universitarios en Periodismo, pero sus perspectivas laborales eran inciertas y precarias. “Curiosamente, descubrí que la programación era la única asignatura que me gustaba del Máster que cursé”, explica, por eso decidió matricularse al curso de Adalab en busca de mejores oportunidades.

Por otro lado, María había trabajado en el sector de las agencias de estudios en el extranjero. En un momento dado, decidió montar su propia start-up en el sector, la cual acabó vendiendo. Pasó un año en paro buscando un cambio en su carrera profesional, y así decidió entrar en el mundo del desarrollo de software a través de Adalab.

La fructífera colaboración entre Adalab y Amazon

Es una captura de pantalla de ordenador donde se pueden observar que están conectadas 6 personas, cinco de ellas con cámara y la sexta sin nada. Hay cuatro mujeres y un hombre. En la parte derecha están los nombres de las personas conectadas, una cámara que indica quién está conectada con ella y también los micrófonos que marca quien habla y quien está en silencio.

Adalab forma a mujeres en programación web con la intención de ayudar a cerrar la brecha de género que hay en el sector, con solamente un 13% de programadoras en activo según datos del INE. Durante tres meses, María y Violeta siguieron el curso intensivo sobre programación front-end, compartiendo la presión y la adrenalina con el equipo de adalabers, sus compañeras.

Desde Amazon, Jose Leiva y Anita Zanchettin, promovieron una colaboración con Adalab para así poder incorporar más mujeres a sus equipos de desarrollo. El pasado junio, las estudiantes de Adalab pudieron participar en un taller liderado por Valery De Abreu, Student Programs EMEA y el equipo de Amazon Madrid Tech, centrado en cómo encarar una entrevista laboral con la compañía, incluyendo sesiones prácticas de programación.

El proceso de selección

Al taller que hicieron las alumnas de Adalab le siguió un proceso de selección que buscaba candidatas para entrar al Programa de Estudiantes Júnior, con la intención de formarlas como ingenieras de Software. Tanto María como Violeta fueron seleccionadas para hacer dos entrevistas, donde se evaularon sus capacidades de liderazgo y su capacidad de desenvolverse con la programación, y finalmente fueron contratadas para una beca en Amazon.

Anita explica que, para Amazon, “es muy interesante entrar en contacto con las estudiantes de Adalab porque son profesionales con experiencia en un gran abanico de campos que están promoviendo un cambio en el mundo tecnológico”. “Me siento afortunado de conocerlas”, afirma Jose, “¿Cómo no iba a sentirme contagiado por su pasión?”.

"Trabajar en Amazon parece un sueño hecho realidad".
María Garvía, Software Development Engineer en Amazon

Un nuevo reto profesional

Violeta y María empezaron su aventura en Amazon el pasado agosto. Las dos lo viven como todo un reto y una oportunidad de aprendizaje junto a sus mentores y sus compañeros. Violeta forma parte del equipo de Business Prime, donde está aprendiendo a programar back-end, algo que todavía no conocía. “El 50% de mi tiempo todavía lo dedico a formarme, siento que estoy creciendo mucho como profesional”.

“Trabajar en Amazon parece un sueño hecho realidad”, confiesa María. Está encantada de ser parte del equipo de desarrollo de Kindle, en el que desempeña tareas de mantenimiento pero también está participando en impulsar un ilusionante nuevo proyecto. “Me gusta que Amazon ponga siempre el cliente por delante”.

Cerrando la brecha de género

Casos como el de María o el de Violeta son referentes del camino a recorrer para cerrar la brecha de género en el mundo tecnológico. Cada vez son más las mujeres que ven la programación como una profesión a su alcance y que están optando a trabajos cualificados y que aportan valor. Según explica Jose, “la colaboración con Adalab no solo aporta más diversidad a Amazon, sino que además trae un propósito apasionante a nuestros ingenieros”.

El compromiso de colaboración con Adalab es firmey recientemente Amazon ha organizado un nuevo taller con la intención de seguir incorporando adalabers en su Programa de Estudiantes Júnior. Los buenos precedentes auguran un buen futuro a la colaboración entre las dos organizaciones.

María Garvía está de espaldas trabajando en el ordenador. Ella está sentada en una silla negra de despacho. La mesa es de cristal y tiene un ordenador y una pantalla. Ella está de espaldas con un jersey gris y negro, la mano derecha con el ratón. Detrás de la mesa hay una estantería que es como una barandilla. Está en una habitación de color blanco que tiene una ventana.
María Garvía, Software Development Engineer en Amazon.

Primer plano de Violeta González. Se le ve los labios y los ojos maquillados y solo un mechón de pelo. Desenfocado una pantalla de ordenador y detrás una planta.
Violeta González descubrió su pasión por la programación en una asignatura del máster que estaba cursando.