Para Lilian e Iñaki, lo que empezó como un amor de juventud se transformó en un proyecto vital que nació con el atrevimiento de quien no tiene miedo a lo desconocido.

Lilian, una andaluza de 32 años nacida en Dinamarca, estudió joyería en Córdoba. Su padre, chileno exiliado en el país nórdico, conoció en una visita a España a la que sería su futura esposa, que no dudó en dejarlo todo y, por amor, seguir la estela de su marido. Pero cuando Lilian tenía solo cuatro años, su madre convenció a su padre para cambiar los duros inviernos daneses por el clima mediterráneo de La Herradura, donde la pequeña creció y pudo dar rienda suelta a su imaginación: "De pequeña mi juego favorito era pintar las piedras de la playa", recuerda.

La pareja del “¿Y si…?”

Más de dos décadas después se repetía la historia, pero esta vez era Iñaki, un madrileño que trabajaba en el sector audiovisual, quien decidió dejar, también por amor, la ajetreada vida de Madrid para mudarse a esta tranquila localidad bañada por el Mediterráneo: "Había estado en La Herradura de vacaciones y cuando vi que aquí también me podía ganar la vida en el mundo de la hostelería, no me lo pensé". Se conocieron cuando Lilian estaba estudiando en la Escuela de Joyería de Córdoba y trabajando también de camarera en La Herradura. "Lo que empezó con una amistad se convirtió en un proyecto común, no solo vital sino también profesional", explica Iñaki. Inspirados por la naturaleza y con ganas de experimentar, aprovecharon la formación académica de Lilian para empezar a crear con sus manos joyas y bisutería y trazarse un futuro juntos.

"Cenábamos con amigos y nos compraban nuestras creaciones", cuenta Lilian. "Empezamos a tener una clientela fija y nos animamos a vender en comercios. Y finalmente abrimos nuestra propia tienda", añade Iñaki.

Si bien empezaron con bisutería y joyas, su capacidad para innovar les llevó a trabajar la piel y el cuero y pronto, de forma autodidacta y como explica Iñaki, "desmenuzando bolsos", ampliaron sus creaciones a carteras, bandoleras, fundas de pasaporte e incluso tocados para novias.

"Nosotros somos la pareja del '¿Y si…?' Con esta fórmula hemos ido construyendo nuestro proyecto vital.

Naturaleza más viva en cada complemento

La admiración mutua que se tienen les animó en 2006 a materializar su sueño creando Lilian Urquieta, una firma artesanal de complementos de moda. "La primera tienda, que abrimos en 2008, se nos quedó pequeña y decidimos en 2012 restaurar una casa en el centro de La Herradura para convertirla en nuestra vivienda, nuestro taller y, por supuesto, nuestra tienda", explica Iñaki.

Lilian se define como una persona inquieta que se inspira con cualquier cosa y en cualquier momento: "Nos gusta mucho la naturaleza, por eso todos nuestros artículos tienen una conexión directa con lo que nos rodea, que es el mar y la montaña". E Iñaki añade: "Nuestros productos son de piel natural, las piedras son semipreciosas y los tocados son de flores también naturales". Todas sus creaciones van acompañadas de una etiqueta de piel con la inscripción en inglés: Handmade with love in La Herradura.

Un escaparate al mundo

"Sobrevivir como artesano es muy difícil, por esto nosotros intentamos ofrecer calidad y originalidad con alma, empeño y trabajo", explica la diseñadora. Para llegar a clientes en cualquier rincón del planeta, Lillian e Iñaki han utilizado las redes sociales y ya tienen sus creaciones en la sección Handmade de Amazon.es, dedicada a la artesanía: "Con Amazon le damos a la marca prestigio y dimensión internacional, una visibilidad máxima", dice Iñaki.

Lilian no tiene dudas: "Vendiendo artesanía es muy difícil llegar a una clientela más allá de aquellas personas que entran en la tienda. Amazon es nuestro escaparate al mundo y ahora cualquier persona puede lucir nuestros complementos."

Después de diez años, los creadores de Lilian Urquieta, con un futuro lleno de nuevos desafíos, miran atrás y ven todo lo que han construido. "Me dedico a mi sueño: hacer lo que llevo dentro, lo que quiero", afirma Lilian.