En 2026 comenzaremos una transición importante hacia un nuevo ciclo en el que la IA y la computación avanzada reforzarán la autonomía, el bienestar y los descubrimientos, empezando por la respuesta a uno de los mayores desafíos del mundo contemporáneo: la soledad.
1. Compañías robóticas redefinen el cuidado y la conexión emocional
La soledad se ha convertido en una epidemia global que afecta a 1 de cada 6 personas y aumenta los riesgos de muerte, demencia y derrame cerebral. Con poblaciones envejeciendo y sistemas de cuidado sobrecargados, los robots sociales —que combinan modelos de lenguaje multimodales con sistemas emocionales responsivos— se volverán parte de la rutina de millones de personas.
El avance de la IA emocional y de dispositivos móviles y responsivos está transformando la forma en que interactuamos con las máquinas, que dejan de ser herramientas transaccionales para convertirse en compañeros capaces de brindar apoyo afectivo. Evidencia clínica demuestra resultados significativos en adultos mayores y niños, con reducciones en agitación, depresión y uso de medicamentos.
Robots como Pepper, Paro, Lovot y Huggable ya muestran impacto positivo en entornos hospitalarios. La evidencia es sólida: estudios con el robot Paro en Canadá mostraron que el 95% de los participantes con demencia que interactuaban regularmente con estos compañeros registraron disminuciones medibles en agitación, depresión y soledad, además de menor uso de medicamentos y una mejora en los patrones de sueño.
Esta transición no reemplaza a los cuidadores humanos, sino que crea un modelo colaborativo. La responsabilidad ahora es garantizar que estos sistemas nunca exploten la confianza emocional de los usuarios.
2. La era del desarrollador renacentista
A medida que la IA generativa redefine cómo creamos software, resurge un viejo debate: la narrativa de que los desarrolladores se volverán obsoletos. Pero, si la historia nos ha enseñado algo, es que este no es el fin de los desarrolladores, sino el inicio de algo nuevo: el renacimiento del desarrollador.
Muchos titulares afirman que la IA hará que los desarrolladores ya no sean necesarios. Que ahora cualquier persona podrá programar: basta describir lo que se quiere hacer y las herramientas se encargarán del resto. Que la era del desarrollador profesional llegó a su fin.
La historia ya nos mostró este patrón: los programadores de bajo nivel escucharon que los compiladores los volverían redundantes, pero estos elevaron la abstracción y abrieron el desarrollo a muchas más personas. En los años 2000, los ingenieros de operaciones temían que la computación en la nube los hiciera obsoletos, pero en cambio redujo barreras a la experimentación y generó una explosión de proyectos, empresas y nuevas funciones de ingeniería.
Al igual que las figuras de la Renacimiento que combinaban arte, ciencia e ingeniería, los desarrolladores que prosperen en este mundo potenciado por IA deberán convertirse en polímatas modernos: desarrolladores renacentistas.El desarrollador del futuro será capaz de dialogar con máquinas, resolver ambigüedades humanas y crear soluciones que la IA, por sí sola, no podría concebir.
3. La seguridad digital requiere pensar en lo post-cuántico desde ahora
La computación cuántica está mucho más cerca de lo que imaginábamos, y con ella llega la capacidad de romper la criptografía actual que protege datos personales, registros financieros y secretos de Estado.
Los avances recientes son impresionantes: AWS reveló el chip Ocelot, que demuestra corrección de errores cuánticos eficiente con una reducción de sobrecarga de hasta el 90% en comparación con enfoques convencionales.
Con la criptografía clásica vulnerable a algoritmos cuánticos, 2026 marca el inicio de una carrera global hacia la adopción de criptografía post-cuántica (PQC).
El riesgo es inmediato: un artículo científico publicado en mayo de 2024 mostró que números RSA de 2048 bits pueden factorizarse con menos de un millón de qubits ruidosos —una reducción del 95% respecto a los 20 millones estimados apenas seis años antes—.
La solución ya existe: la criptografía post-cuántica puede implementarse hoy. La transición requerirá estrategias híbridas, actualizaciones físicas y una acelerada capacitación de talento cuántico. En poco tiempo, “post-cuántico” será sinónimo de “seguro”.
4. La innovación militar acelera las aplicaciones civiles
La guerra ha cambiado radicalmente durante mi vida. El combate cuerpo a cuerpo ahora es el último recurso. La guerra moderna se libra mediante sensores, algoritmos y drones, y esto está reduciendo drásticamente el tiempo entre las soluciones militares y su adopción civil.
Empresas de defensa con mentalidad de startup desarrollan tecnologías de doble uso: sistemas de visión nocturna guían helicópteros en misiones de rescate y conservación; la computación táctica de borde impulsa clínicas de salud remotas; y los sistemas autónomos creados para logística militar se están adaptando para agricultura, plantas de energía, parques eólicos, operaciones de rescate y seguridad portuaria.
5. La educación personalizada se encuentra con una curiosidad infinita
La tutoría individual siempre fue un privilegio de pocos. La IA está cambiando eso de forma radical, permitiendo que cada estudiante aprenda a su propio ritmo, en su idioma y estilo, con libertad para equivocarse y explorar.
La adopción global crece rápidamente y ya muestra resultados sólidos: mayor participación, más disposición a enfrentar desafíos y efectos positivos incluso en niños con autismo. Los números impresionan: un estudiante puede acceder a tutoría personalizada por IA por apenas USD 4 al mes.
La eficacia está comprobada: estudiantes muestran un aumento del 65% en su predisposición a intentar tareas desafiantes al usar herramientas de IA. La Universidad de Duke descubrió que una intervención asistida por IA aumentó los índices de IQ en niños con autismo en hasta 17 puntos.
Para los docentes, la transformación también es significativa: quienes utilizan herramientas de IA ahorran en promedio 5,9 horas por semana —equivalente a casi seis semanas por año escolar—, lo que les permite enfocarse en creatividad, educación personalizada y participación.En los próximos años, la tutoría personalizada por IA será tan común como los teléfonos inteligentes.
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